

David Lean construye con entereza y pulso firme esta aventura desde los cimientos de un sorprendente episodio ocurrido en la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una propuesta de elevadas proporciones fílmicas que acerca orillas tan alejadas en apariencia como la victoria y la derrota, el honor y la ignominia, la verdad y el engaño. Las secuencias parecen arrancadas del interior de las selvas del sudeste asiático donde fueron rodadas. Casi se percibe, en cada fotograma, una pátina de algo así como un sudor espeso o una riada de un limo fangoso o, incluso, ese rastro de savia esmeralda que deja en la piel el paso durante horas por lo más profundo de un salvaje bosque tropical. Y todo ello sin dejar de trasmitir también la elegancia inglesa de la que siempre hace gala al dirigir David Lean.
Épica cuando lo requiere la situación, bien medida en todo momento la dosis de suspense que tensa el ritmo de un largometraje tan largo como el ancho de su cinemascope, “El puente sobre el río Kwai” salva sus puntos débiles con acierto y nos golpea con un final amargo y, por qué no, antimilitarista.

Fotografías: https://www.imdb.com